“Nosotros
creemos (…) Que la justicia económica, puede ser obtenida mejor por hombres
libres a través de la libre empresa...”
Así reza una de las líneas del credo de la JCI
(Junior Chamber International), organización formadora de líderes y de
emprendedores que busca entre otras cosas contribuir a fomentar el desarrollo
de la comunidad.
La libre empresa es una vía para el desarrollo de
los pueblos, de ahí la importancia de fomentar el emprendimiento, por eso
queremos dar algunas recomendaciones a quienes tienen alguna idea de negocio y
quieren tener éxito en la creación de su empresa.
ANTES
DE CREAR UNA EMPRESA
La creación de una empresa es un gran reto y
quienes lo asumen deben tomar en cuenta algunas consideraciones para evitar
fracasos y malas experiencias, además de la formación necesaria en aquellos
aspectos técnicos del negocio que se está emprendiendo hay algunos temas de
actitud, reflexión y planificación que deben cuidar:
IDENTIFICA TUS MOTIVOS
Antes de iniciar un emprendimiento, debemos hacer
un análisis profundo de nuestras motivaciones, algunas de las más comunes son:
ü
El deseo de ser nuestro propio jefe y tener
nuestro propio horario
ü
Búsqueda de libertad financiera
ü
Aprovechar una buena oportunidad de inversión
ü
“Alguien debe continuar el negocio de la
familia”
ü
Nos quedamos sin empleo y no nos queda otra
alternativa
Siempre habrá un motivo para emprender, bien sea
por espíritu emprendedor o porque no le queda más remedio, tener un negocio
propio tiene un precio y hay que estar dispuesto a pagarlo; la creación de una
empresa sostenible requiere esfuerzo y dedicación, sólo lograremos el éxito
postergando algunas comodidades para concentrarnos en la ejecución de nuestro
proyecto empresarial.
DEFINE TU PROPUESTA DE VALOR Y TUS VENTAJAS
COMPETITIVAS
Una vez que hemos identificado nuestras
motivaciones y asumimos el compromiso de ejecutar un emprendimiento debemos
definir nuestra oferta:
ü
¿Qué necesidad satisface nuestro producto o
servicio?
ü
¿Qué problema resolvemos?
ü
¿Qué innovación estamos produciendo?
ü
¿Cuál es nuestra habilidad especial?
ü
¿Qué característica particular tiene nuestro
producto o servicio?
Respondiendo estas preguntas definimos nuestra
propuesta para el mercado, al iniciar un negocio entramos en una competencia
donde no sólo hay que conocer las reglas del juego sino también hay que saber
moverse, debemos tener una oferta que nos defina y que nos diferencie del resto
de los jugadores.
Pero más importante que definir la propuesta de
valor es responder a la siguiente pregunta: ¿Por qué alguien debería comprar mi
producto o servicio y no el de otro? De esta respuesta puede depender nuestra
subsistencia en el mercado, esta es la que nos hace únicos e inigualables y lo
que hará que nuestra empresa sea capaz de competir exitosamente.
CLARIFICA TU MODELO DE NEGOCIO
Teniendo claras nuestras motivaciones y nuestra
propuesta de valor, es necesario estructurar un modelo de negocio donde se
describa claramente la manera como se generarán los ingresos y los beneficios, el
modelo de negocio nos permitirá identificar nuestro segmento de mercado
objetivo, como entregaremos valor a nuestros clientes, actividades, socios y
recursos clave y la estructura de costos de nuestro proyecto.
Al definir nuestro modelo de negocio podemos
establecer estrategias, hacer planes, etc. de manera enfocada y objetiva.
FALLAS
TÍPICAS DE LOS EMPRENDEDORES
Muchos emprendedores se lanzan a la aventura de
crear una empresa de manera apresurada y olvidan cuidar ciertos detalles que
pueden amenazar gravemente el éxito de su proyecto empresarial.
SOBREESTIMARNOS O SUBESTIMAR A LA COMPETENCIA
Pretender iniciar un negocio creyendo que nuestras
habilidades técnicas para elaborar nuestro producto o servicio son suficientes
para asegurarnos el éxito es demasiado iluso; podemos ser “muy buenos en lo que
hacemos”, pero eso jamás será suficiente.
Es importante que como emprendedores dejemos de
lado sentimentalismos y nos “desenamoremos” de nuestros productos o servicios
para analizarlos objetivamente de cara al mercado, tomando en cuenta que el
mercado es dinámico y la competencia siempre reaccionará ante un nuevo actor,
aunque no las veamos las barreras de entrada están ahí.
QUERER HACERLO TODO
Bien sea por falta de recursos financieros o por no
saber delegar, es muy común que el emprendedor quiera abarcar más actividades
de las que humanamente puede ejecutar, esta práctica es uno de los enemigos más
feroces de un emprendimiento.
La dificultad de esto radica en que debemos
aprender a “soltar”, buscar colaboradores y entregarles partes del negocio para
dedicarnos nosotros a lo mas importante que es “dirigir la empresa”, mucha
gente piensa que nadie puede hacer las cosas mejor que ellos y caen en una
trampa sin salida que perjudica al negocio gravemente
Si un día tiene 24 horas, en teoría dedicamos 8 a
dormir, 8 a trabajar y 8 “a vivir”, entonces al dedicar más tiempo del
necesario al trabajo se lo estamos quitando a alguna de las otras dos áreas, si
bien hay que pagar el precio del emprendimiento, hay que tener límites y
debemos estar dispuesto a dar “el salto cuántico” definitivo de auto-empleado a
empresario.
HACER PROYECCIONES IRREALES
Otro error terrible del emprendedor que actúa de
manera emocional es pensar que el mercado está esperando pacientemente que
llegue el con la solución a todos los problemas, muchas veces hacemos
proyecciones de lo que queremos vender sin contemplar lo que podemos producir,
o peor aún sin considerar lo que el mercado puede consumir.
Nuestra capacidad de producción o de venta no tiene
nada que ver con lo que podemos vender, esto último lo define el mercado y
tenerlo claro nos ayuda a ser realistas en nuestras proyecciones y establecer
estrategias para el crecimiento controlado y la consolidación de nuestro
proyecto.
NO HACER UN PLAN DE NEGOCIO
El plan de negocio, al contrario de lo que muchos
piensan no tiene por qué parecer una tesis de grado, ni es una “proyección financiera” para presentar a un inversionista
y “convencerlo” de asociarse con nosotros; el plan de negocio es un documento
dinámico que nos ayuda a superar todas las consideraciones mencionadas más
arriba y aterrizar un idea para convertirla en una empresa sólida en un plazo
razonable.
El plan de negocio puede ser más o menos complejo
dependiendo del modelo de negocio y puede tomar mucho o poco tiempo dependiendo
de la complejidad de la idea, información disponible y conocimiento del negocio
por parte del emprendedor.
CONCLUSIÓN
En definitiva, la creación de una empresa requiere
planificación, seriedad y compromiso por parte del emprendedor, si bien tiene
cierta complejidad no es una tarea difícil, si se aprende lo necesario y se
hace de la manera adecuada, puede ser muy gratificante y rentable.
Con la asesoría adecuada, se pueden evitar estas
fallas y tener un emprendimiento más sano y sostenible, nuestra escuela de
pre-empresarios y/o nuestra asesoría personalizada puede ayudar a cristalizar
esa idea de negocio y tener una empresa sólida, si desea ampliar esta
información o alguna ayuda particular en este sentido, puede ponerse en
contacto con nosotros al email sgcvzla@gmail.com
o al celular (+58)414-4802725
Luis Rodríguez
Director General - SGC Sistemas Gerenciales
Creativos C.A.
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